Bona tarda amics i amigues, companys i companyes del Club d’Oratòria. En primer lloc agrair al Club i a la seva organització haver acceptat l’invitació de la nostre Agrupació i comptar amb la vostre presencia avui, aquí, a Abrera.
Vull aprofitar aquesta oportunitat per fer una reflexió al voltant d’un comentari que amb freqüència apareix en converses, d’amics. Sovint trobem persones que diuen que és el mateix esquerres que dretes, que hi ha pèrdua de valors i que tots som iguals.
Para ayudarme en esta reflexión, revisé el significado de las palabras derecha e izquierda en el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, para la palabra derecha, no se le atribuye un significado político, mientras que para izquierda dice que es el conjunto de personas que profesan ideas reformistas o, en general, no conservadoras. Por lo tanto, lo contrario de izquierda es el conservador y no de derechas que es lo lógico.
Pero esto no es casualidad, estas definiciones responden a la intoxicación que se genera para confundir la opinión pública. El quince de enero, el mismo día que yo recogía este panfleto de la derecha de mí buzón, en el que se atribuyen presuntas mentiras al presidente Zapatero. El mismo día, los sindicatos UGT y CCOO con sus líderes Candido Méndez y Fernández Toxo a la cabeza se manifestaban en Valencia (comunidad gobernada por el PP) contra la precariedad y por el empleo estable en esta comunidad.
Pero no, no es lo mismo un gobierno de izquierdas que frente a una crisis ofrece potenciar la formación para facilitar la recolocación de los desempleados, aplazar el pago de la hipoteca, permitir recibir mensualmente las deducciones de la declaración de la renta por compra de vivienda, ampliar el plazo a los que le cumple su cuenta ahorro-vivienda o permitir la capitalización hasta el 60% de su prestación por desempleo, que un gobierno de derechas que frente a la crisis ofrece un decretazo que suponía la perdida de las prestaciones por desempleo para aquellos trabajadores que digan NO a un empleo en cualquier punto del territorio español. No es lo mismo.
Como izquierda se conocía a los componentes en las asambleas de la Revolución francesa que ocupaban esta posición. Hoy, en el Parlament o en el Parlamento español, nuestros representantes conservan este mismo espacio con respecto al orador. No es una anécdota aislada, es porque los valores de la revolución francesa siguen hoy plenamente vigentes. Recordáis, liberte, igualite y fraternite.
No, no es lo mismo un gobierno izquierdas que nos saca de la guerra de Irak o propone la Alianza de civilizaciones, que un gobierno de derechas que nos lleva a una guerra en busca de armas de destrucción masiva que no existen, la gran mentira de la guerra de Irak, no es lo mismo porque cuando los ciudadanos de un país viven largos periodos de paz, trabajan, forman familias, hacen realidad sus proyectos individuales y son libres. Eso es libertad.
No, no es lo mismo un gobierno de izquierdas que aprueba la Ley Contra la Violencia de género o la Ley de igualdad que un gobierno de derechas que se niega a realizar preguntas a la ministra de igualdad por considerar su ministerio innecesario. No, no es lo mismo un gobierno de izquierdas que regulariza la situación de los inmigrantes con trabajo en España, que un gobierno de derechas que niega la realidad y no reconoce sus derechos como trabajadores. Eso es igualdad.
No, no es lo mismo un gobierno de izquierdas que aporta 8.000 millones de euros a los ayuntamientos en épocas de crisis, que un gobierno de derechas que retira el impuesto municipal de actividades económicas y sin contrapartidas.
Cuando un gobierno de izquierdas concede 1000 millones de euros para erradicar el hambre en el mundo, como el gobierno de José Luís Rodríguez Zapatero. Eso es solidaridad.
Por último deciros que en junio se celebrarán las elecciones europeas, los ciudadanos y ciudadanas en Europa necesitamos una amplia mayoría de izquierdas que frene a la derecha e impida directivas como: la directiva Bolkestein que pretendía contratar en origen a inmigrantes y traerlos a trabajar a Europa con las mismas condiciones laborales y salariales de su país de origen o la directiva del tiempo de trabajo que pretendía imponer una jornada laboral de 65 horas al margen de lo negociado en los convenios colectivos.
Cada uno de vosotros contáis con argumentos suficientes que diferencian derechas de izquierdas, para que nadie tenga dudas y ningún ciudadano deje en manos de otros lo que podemos decidir por nosotros mismos.
Muchas gracias por vuestra atención.
(Discurso pronunciado el 2 de febrero de 2009 en la jornada celebrada en Abrera del Club de Oratoria de la Escola Xavier Soto).