POLÍTICA QUIERE DECIR PEDAGOGÍA

Reflexionar sobre la libertad de expresión me ha permitido retroceder en el tiempo, quizás hasta finales de los 70, el dictador ya había fallecido pero las libertades aún no estaban consolidadas. “Els Joglars” fueron condenados por un tribunal militar después de representar una obra de teatro que consideraron ilegal, este hecho fue el detonante de múltiples manifestaciones por la libertad de expresión.

Recuerdo una manifestación de estudiantes que regresaba del Ayuntamiento de Espluges al instituto Joanot Martorell, (en el Joanot estudiaba Maribel la que hoy es mi compañera) yo me incorpore a la altura del puente en la carretera de Esplugas, (seguro que no lo hice antes por miedo a las cargas policiales, finalmente no hubo). A mis diecisiete años resultaba impresionante sentir la energía que transmitían aquellas manifestaciones, cogidos por los brazos gritabas las consignas que indicaban los lideres, unidad, pancartas, banderas rojas y un servicio de orden preparado para repeler cualquier carga policial.

Eran otros tiempos, hoy estas libertades están amparadas por nuestra Constitución y la legislación internacional. La libertad de expresión la podemos ejercer con algunas limitaciones que hacen referencia al derecho al honor, a la intimidad, a la propia imagen, a la protección de la juventud y de la infancia o la apología del terrorismo.
El Artículo 19 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, dice:
"Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y de expresión; este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y de recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión."

De la libertad de expresión se derivan otros derechos, como el derecho de prensa que nos permite imprimir/emitir opiniones para su difusión, o el derecho de réplica que si te consideras perjudicado/a por cualquier información divulgada en un medio, te permite hacer uso de este mismo medio para contrarrestar la opinión vertida en tú contra.

Nuestras opiniones tienen consecuencias y la responsabilidad de asumirlas es la otra cara de la moneda. Lo importante es que nos expresemos libremente, que podamos denunciar injusticias sin miedo a represalias, para ello el respeto y la tolerancia son ingredientes fundamentales. La libertad de expresión puede estar amenazada por quien ostenta el poder, pero también por los abucheos y los pitidos de quienes quieren imponer su ideología callando a los otros, ambas son muestras de intolerancias, igual que arrancar carteles de las paredes o eliminar partes de un escrito (censura).

La lucha por la libertad de expresión nos corresponde a todos, por mi parte abriré mi blog para facilitar también la participación de aquellas personas que prefieran opinar en él de forma anónima.