La crisis del fundamentalismo neoliberal

Estos días leemos con avidez las páginas de color salmón publicadas por la prensa especializada en economía para encontrar una explicación al canibalismo financiero que ha provocado esta crisis. Mientras tanto el fundamentalismo neoliberal observa impasible como se desmorona ante sus narices el puzzle que ellos mismos han construido en el aire. Estos codiciosos avaros mantienen la esperanza de que los gobiernos destinen el dinero de sus ciudadanos a mantener su imperio económico, provocando una nueva ley de mercado, “privatizar los beneficios, socializar las perdidas”. El negocio perfecto: si tengo beneficios son para mí y mientras tanto no me subas los impuestos y si tengo perdidas pagas tú y me bajas los impuestos.

La receta mágica para salir de esta situación que proponen los neoliberales españoles (PP) a través de su fundación FAES (falange española) es archiconocida por todos, “despido libre”. Ninguna sorpresa.

Todas las crisis las terminan pagando los mismos, pero la sociedad debe impedir que las riendas económicas queden en manos de personas sin escrúpulos cuya avaricia no conoce límites. La sociedad debe protegerse de personajes así, capaces de provocar crisis financieras que originan hambre y miseria en los países más desprotegidos, pobreza e incertidumbre en el mejor de los casos. ¿No es un delito contra la humanidad?

Conocemos bien cómo estirar un sueldo para que llegue a final de mes y por el camino sortear alguna que otra sorpresa, pero no nos resignaremos a que situaciones como esta se produzcan de forma cíclica. La siguiente crisis no debe llegar.

Comparto las palabras pronunciadas por nuestro Presidente José Montilla “El país que m’estimo fa de l’esforç i el treball una senyal d’identitat”… “un país emprenyat, resignat o malenconiós és un país que no avança”. Nos esforzaremos, trabajaremos y avanzaremos en conseguir nuestras señas de identidad. Libertad, igualdad y justicia social.