miércoles, 1 de agosto de 2012

O estás conmigo o estás contra mí

El diputado del PSC y exconseller de Educació Ernest Maragall ha sido invitado a abandonar el partido porque el pasado miércoles día 25 votó a favor del pacto fiscal y no se abstuvo como exige la disciplina de partido. Ernest Maragall no comparte lógicamente ni la argumentación, ni acepta la propuesta de renunciar a su acta de diputado.

No es un caso aislado en la política española

El PP también ha decidido suspender temporalmente de militancia y abrir un expendiente al senador por León Juan Morano por "deslealtad" con el partido al haber roto la disciplina de voto en la votación de los Presupuestos en la Cámara Alta al apoyar varias enmiendas del PSOE en defensa de las ayudas a la minería.

El PP también a acordado la suspensión del diputado Antoni Pastor durante cuatro años de su condición de afiliado por romper dos veces la disciplina de voto del grupo parlamentario apoyando enmiendas presentadas por el PSM-Iniciativa Verds sobre el uso del catalán en la administración balear.

La incoherencia política solo es un grave error

Mientras la coherencia política es sancionada con la suspensión, la persecución, el hostigamiento y la expulsión de los partidos políticos, la incoherencia solo supone un grave error, un ejemplo es el grave error cometido por los parlamentarios del PSC el pasado 19 de julio, el Congreso de los Diputados aprobó una moción que defiende el corredor ferroviario central contando con los votos favorables de los diputados del PSC mientras en Catalunya sus compañeros defienden el corredor ferroviario del mediterráneo.

También contrasta la rapidez para sancionar la indisciplina de voto, respecto a la lentitud que demuestran los partidos para sancionar las conductas corruptas de algunos políticos. Paradojas de la vida.

Disciplina de voto o voto de conciencia

La disciplina de voto dice mucho acerca del funcionamiento interno de los partidos, su mayor o menor cohesión interna, su mayor o menor carga ideológica, la fuerza o debilidad de sus líderes o el método de selección de candidatos, provocan su utilización.

En Europa es desde el partido donde se marca la línea de actuación y se impone por tanto la disciplina de voto, mientras que en Estados Unidos, la regla es el voto libre o voto de conciencia que permite el desarrollo de grupos de presión o lobbies que compran el voto de los parlamentarios.

Tendencias oligárquicas de los partidos

En España, tenemos unos partidos excesivamente burocratizados, que dejan muy escasa libertad de actuación a sus miembros. El sistema electoral de listas cerradas potencia la dominación del partido por sus dirigentes. Por otra parte, los reglamentos de las cámaras contribuyen a acentuar la dependencia de los parlamentarios respecto de sus portavoces que marcan las actividades parlamentarias diarias con una férrea estructura jerárquica de subordinación del parlamentario individual a su jefe de grupo, en la de este a su partido y el del partido a su líder.

El exceso de rigidez y disciplina que los partidos han introducido en su agenda política, fomenta el alejamiento entre los representados y sus representantes. La atonía de la vida parlamentaria es rota ocasionalmente por la frivolidad con que algunos medios de comunicación tratan la actividad política y la vida parlamentaria se ha convertido en una verdadera caricatura de la que debería ser una autentica democracia parlamentaria, con sus tres poderes claramente diferenciados, el Ejecutivo, el Legislativo y el Judicial.